Chile
llegará a Rusia como vigente campeón de la Copa América, tanto de su edición
ordinaria como de la edición conmemorativa del Centenario de la CONMEBOL.
Además, su generación dorada decidió tomarse seriamente la Copa
Confederaciones, y logró disputar todos los partidos posibles del torneo,
llegando a la final, como empieza a ser costumbre para La Roja en los últimos
veranos. Quedando menos de un año para el Mundial que alcanzará a la mayor
parte de su generación ganadora en el pico de su carrera, hay varios frentes
abiertos a los que prestar atención durante los próximos once meses.
El
primero, y probablemente el más importante, tiene que ver con el descenso de la
calidad del juego chileno conforme los rivales han ido descubriendo como hacer
frente a sus fortalezas y debilidades. El ciclo que comenzó Marcelo Bielsa, y
que han continuado Claudio Borghi, Jorge Sampaoli y Juan Antonio Pizzi, ya
lleva prácticamente diez años de recorrido, con el desgaste que esto supone a
una idea que, en sus bases principales, no ha variado. La
fascinación que provoca el método de Bielsa y Sampaoli ha hecho que Chile sea
uno de los equipos más estudiados a nivel de selecciones, y las propuestas para
enfrentarse al combinado andino han sido perfeccionadas a base de estudio previo,
ensayo y error. Pero si hay algo que ha contrarrestado la pérdida de calidad en
el juego causada por la ausencia de novedad y cierto bajón físico, ha sido la
competitividad. Esta
generación dorada de Chile, además de ganar los dos primeros títulos de la
historia de La Roja, también ha participado por primera vez en dos Mundiales
consecutivos (tres si cierran la clasificación a Rusia), clasificándose para
octavos de final en ambas ocasiones. Es decir, se han acostumbrado a disputar
encuentros frente a las mejores selecciones, ganando con frecuencia. Y no hay
nada que curta más en el fútbol que la victoria.
![]() |
Chile lleva 3 finales consecutivas en los últimos 3 veranos. |
El
segundo frente abierto tiene que ver con la altura a la que Arturo Vidal quede
colocado en el campo. Tras la desaparición del Mago Valdivia de las
alineaciones, Pizzi ha alineado a Vidal en la mediapunta, cada vez con más
responsabilidad en tareas de llenar el área, hasta que en la final de la
Confederaciones prácticamente jugó de delantero centro. Y esto está teniendo
varias consecuencias negativas para su selección.
Si
Chile ya tiene ciertos problemas para convertir ocasiones en goles debido a su
alto ritmo de juego (no ha
logrado meter un gol en juego en ninguna de las tres finales), con el Rey Arturo
de 9, el problema se acrecienta. Vidal es un jugador que prefiere llegar que
estar, y su agresividad en los movimientos le hace perder cierta precisión, que
al tener menos espacios, se
nota más. Además, no tenerle por detrás del balón en la gestación, hace
perder a uno de los pasadores más fiables y seguros de Chile, así como la gran
capacidad física que suma a la transición defensiva cuando pierden el balón.
![]() |
Chile necesita a Arturo Vidal en el centro del campo. |
Y
esto nos lleva al tercer punto, que es lo corta que es la plantilla
“útil” de Chile. Con un once muy definido, donde quedará rezar por que durante
la temporada que viene Claudio Bravo o Chelo Díaz no sigan con la bajada de
nivel de 2017, hay varias opciones que Pizzi seguirá y probará durante las
fechas FIFA que quedan hasta el Mundial.
En
primer lugar, toca hablar sobre los recursos que Pizzi ha utilizado en la Copa
Confederaciones. De ellos, el Gato Silva (jugador de Cruz Azul) parece el más
asentado, como opción defensiva para añadir sacrificio al centro del campo.
Junto a Eugenio Mena (Sport Recife), Paulo Díaz (San Lorenzo) y Enzo Roco (Cruz
Azul), parecen cubrir la defensa y el mediocentro ante cualquier problema físico
o sanción de los titulares.
Pizzi
también viene usando con regularidad al extremo de Universidad Catálica José
Pedro Fuenzalida, que incluso fue titular en el flanco derecho durante la Copa
América Centenario. Otro recurso asentado, hasta cierto punto, es el atacante
de Pachuca Édson Puch. Eléctrico, con gol y capacidad de revolucionar un
partido entrando desde el banquillo, parece la opción más fiable en estos
momentos. En este rol también fue usado el joven Martín Rodríguez,
jugador de Cruz Azul, al que le falta cierta maduración y cuota de gol para
desarrollar este papel.
En
la parte ofensiva del centro del campo, Pizzi ha dado muchas oportunidades a
Leonardo Valencia, pese que el pequeño jugador de Palestino está por pura calidad en un escalón inferior a otras opciones, como Fabián Orellana, Felipe Gutiérrez, Jorge
Valdivia o Mati Fernández. Del primero habrá que observar su encaje con
Marcelino García Toral en el nuevo Valencia, ya que aunque con la selección
nunca lo ha mostrado, es la opción con un techo más alto. El segundo no está
teniendo muchas oportunidades en Internacional de Porto Alegre, tras su fracaso
en La Liga con el Betis, aunque aventaja a los demás
en físico y capacidad de sacrificio. El
Mago Valdivia acaba de regresar a Colo Colo tras dos años de aventura en los
Emiratos, y a poco que rinda, los aficionados chilenos pedirán la convocatoria
de uno de sus ídolos, con su fantástica Copa América 2015 todavía en la retina.
A Matigol Fernández, de futuro incierto tras su cesión en el Milan, no conviene
agarrarse en exceso, viendo su historial de lesiones.
![]() |
Nicolás Castillo está metiendo muchos goles con sus clubes. |
Otra
opción bastante ilusionante, especialmente si Marcelo Díaz continúa con el
bajón físico del último año, es el regista del Bologna Erick Pulgar, al que le está lastrando no tener
una mayor regularidad tras el fichaje de Ádám Nagy. Y jugando en Serie A con falta de minutos también
está Mauricio Pinilla, un 9 clásico que encajaría muy bien con La Roja, pero
que no encuentra sitio en el Genoa. Pero la opción principal en el frente de ataque, descartando opciones que parecen haberse estancado como
Ángelo Henríquez o Júnior Fernandes, es Nicolás Castillo. Tras un 2016 con
muchos goles en Universidad Católica, el dinero de la Liga MX llamó a su puerta,
y en Pumas está respondiendo con goles, aunque Pizzi decidió no convocarlo para
la Copa Confederaciones tras venir contando habitualmente con él.
Como se puede comprobar, las opciones son muchas, aunque haya pocas apuestas seguras. Por último falta nombrar a algún jugador muy joven con el que en principio se contará en ciclos posteriores, aunque una explosión este año podría hacerles útiles en Rusia, como son Jeisson Vargas (Universidad Católica), Diego Valdés (Monarcas Morelia) o Luciano Cabral (Argentinos Juniors).
Como se puede comprobar, las opciones son muchas, aunque haya pocas apuestas seguras. Por último falta nombrar a algún jugador muy joven con el que en principio se contará en ciclos posteriores, aunque una explosión este año podría hacerles útiles en Rusia, como son Jeisson Vargas (Universidad Católica), Diego Valdés (Monarcas Morelia) o Luciano Cabral (Argentinos Juniors).
No hay comentarios:
Publicar un comentario