miércoles, 8 de marzo de 2017

Hasta que llegó Sergio Ramos

El Napoli salió al partido tal y como se esperaba. El aliento de un Stadio San Paolo que se llenó dos horas antes del partido potenció su comienzo avasallador. Aún más vertical y presionante que normalmente, los napolitanos embotellaron al Real Madrid en su campo y comenzaron a encadenar ataque tras ataque, generando ocasiones de gol. Y los blancos no supieron responder.


El plan napolitano se basaba en buscarle las cosquillas a Casemiro mediante recepciones a sus lados. Insigne, Mertens y especialmente Marek Hamsik buscaban el hueco tras Modric o Kroos y se habilitaban entre líneas para recibir los envíos verticales de Koulibaly y Diawara. En la mayoría de ocasiones tenían espacio suficiente para controlar, girarse hacia Keylor Navas y disparar o continuar la jugada. Casemiro no llegaba a todo, y el cuadrado blanco que le rodeaba, formado por los dos centrales y los dos interiores, cada vez se separaba más.